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Strategy is About Purpose
noviembre 28, 2019 2 min read
Pasó con Cambridge Analytica y pasó con Libra. Mark Zuckerberg testifica frente al congreso de Estados Unidos, y suceden desastres para su compañía. Volverá a pasar.
En esta ocasión, el empuje de Zuckerberg para que los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Europea aprueben de su nueva criptomoneda, Libra, coincidió con que se echaran para atrás varios de sus partners para el proyecto, incluyendo Visa, Mastercard y Paypal.
Y es que Mark Zuckerberg, como individuo, está mucho más ligado con su empresa que ninguna de las oras “Big 5”.
Apple solía ser sinónima de Steve Jobs, pero Tim Cook definitivamente no juega el mismo rol.
Larry Page y Sergei Bin decidieron desaparecer en la estructura de Alphabet, distanciándose de lo que hace (y mal-hace) Google.
Jeff Bezos sí representa a Amazon, pero no la encarna en los medios al mismo nivel. No aparece en sus videos de realidad aumentada, ni ha sido sujeto de una película de de David Fincher, ni sale al ruedo frente a los organismos regulatorios a título personal como lo hace Zuckerberg.
Tiene mucho sentido. Zuckerberg creó la plataforma que nos permitió ser figuras públicas a pequeña escala, y contribuyó de forma fundamental a la idea de una personal brand. Es natural que ahora la línea entre él y su empresa esté tan desdibujada.
También es natural que sufra las consecuencias, y Facebook junto con él. Mientras más la gente confía en las personas — los expertos, los influencers, los amigos — y menos en las marcas, más se vuelve un problema que Zuckerberg sea algo antipático. Y mientras menos confiamos en Facebook, tras violaciones de privacidad y publicidad invasiva, menos confiamos en él.
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